miércoles, diciembre 03, 2014

Letras propias: Correspondencia ordinaria 1



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No he hecho nada para perder
esa breve parcela de tu pensamiento.

He nacido lejos.

He jugado entre sonrisas.

He culpado al polvo de mis sollozos.

He bebido.

Con un poeta de ingeniería canté.

He vivido.

Nada.

Cuando he asomado mis ojos a tu abismo
las puntas de tus olas salpicaron mi rostro.

He encallado mi carne
en tus retornos.

He ofrecido las gotas de mi piel rajada
a la copa de tus profundidades.

He añorado tu mortecino ritmo.

He flotado sobre tí.

Puede que haya mentido sobre tu grandeza,
menospreciando tu mano de muerte
mientras hacías zozobrar almas y lluvias.

He paseado poco por el horizonte de tu fin.

Nunca acaricié un cuerpo en tu presencia.

Pensándote, la distancia del recuerdo es
ese primer fotograma dormido
que ninguna sala estrenó.

No hice nada para estar cerca de tí.

Desde la impotencia he visto caer los días
como si fueran gaviotas de tu cielo.

No he hecho nada más que imaginarte.

Aquí, en el centro de mi presencia,
sueño lo irreal de tu sueño
mientras vivo culpando al polvo de mis sollozos.

Te siento llamar a mi puerta
cuando tu agua viajera empapa
las ropas que me visten.

Miércoles, once de enero.

Una hora menos en Canarias.

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